Celebrando la cumbre del Osorno - cr - Carlos Correa Grez
Después de una racha de intentos de cumbre, necesitaba lograr un cima para poder decir que subo cerros.
El objetivo se planificó con Juanjo Altamirano, José Mujica y Marcelo Camus, y era realizar en un fin de semana largo de principios de Febrero, el Osorno y el Calbuco.
Ambas cumbres lucen vistosas desde los alrededores de Puerto Montt y Puerto Varas.
Es imposible no dejarse llevar por su belleza e imponente perfil. Cada una sobresale por sus características propias y tienen una muy diferente personalidad.
El Osorno de 2.652m, se llergue perfecto delante del Lago Llanquihue. Su silueta es cónica, siendo más empinado en su parte final. Lo cubre un manto de glaciares cicatrisados por grietas que discurren de forma irregular sobre gran parte de su superficie. en los flancos abiertos por los ercas, el hielo se nota celeste y resalta su color sobre el blanco de la nieve que lo cubre periodicamente.
Bajo la línea de las nieves un profuso bosque lo tapiza y a sus pies al sur corre el río Petrohue, al este yace el lago Todos los Santos, al Oeste el Lago Llanquihue. Al nor-este está su incansable centinela el volcán Puntiagudo y más lejos al sur-este el imponente y glaceado Volcán Tronador.
El Calbuco, 650 m más bajo que el Osorno, se emplaza al sur del Lago LLanquihue y es su fiel dama de compañia. Su forma es caprichosa y cuesta definir cual es su cumbre o por donde se debe subir. Su aproximación parece simple y su ascensión una simple caminata, pero esconde bosques intrincados, pendientes verticales con vegetación, neveros largos y duros, farellones de roca descompuesta y como cima un gran torreon. La sola aproximación por su ladera sur, a través del Reserva Nacional Llanquihue vale la pena como excursión independiente.
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