La nieve ya se había retirado y era momento de guardar las pieles y los esquies. El randonee había terminado para el invierno 2008. Quedaban infinitos proyectos pendientes para los próximos inviernos.
El fresco aire de primavera y el sonido de las aguas cordilleranas bajando raudas por los lechos de los rios invitaban a comenzar una nueva temporada de pesca.
Partimos con Nico Sanchez, mi experto primo pescador con mosca al cajón del maipo, especificamente el cajón del Yeso, en busca de esa sensación de aventura y sorpresa que solo la pesca con mosca te dá.
El día estaba espectacular, las cumbres aun se mostraban blancas, ideales para un ascenso rápido por nieve. Corría un fresco viento que dificultaba los lances.
Es increible estar en medio de un río cordillerano, a una hora de Santiago, enganchando truch...truchitas. En fín el recurso es escaso y además de nosotros habían bastantes pescadores asiendo de las suyas. Eso sí que pocos conocen el arte de la mosca y como pescar en aguas turbulentas y poco marcadas por pozones. Es increible Chile. De verdad que no conosco río que no tenga huella de pescador en sus bordes. El pescador criollo llega a todas partes y su sed por truchas es insaciable. Espero que la cultura por la mantención y cuidado de lo que tenemos se imponga y logremos también compartir con nuestros hijos (as) lo que nosotros vivimos.
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