Mis comiensos en la montaña fueron con mi papá.
Primero en Talca a la cordillera, en el fundo el Médano, que se ubica al lado sur del río maule justo al oriente del estero de La Mina.
Pero mi primera experiencia deportiva en la nieve fue en Portillo, o camino a Portillo. Mi padre había traido de sus viajes unos sendos trineos rojos. Uno individual y otro doble. Ambos se manejaban con palancas las cuales servían para doblar y/o frenar. Al levantar una, el trineo tendía a doblar hacía el lado contrario de la palanca, (undiendo o frenando el lado donde se undía el extremo trasero de la palanca). Al levantar las dos palancas el trineo tendía a frenar. En condiciones de nive polvo el trineo una vez que agarraba vuelo no doblaba ni frenaba con las palancas. En nieve primavera el trineo se deslizaba con gran rapidez y respndía ante las maniobras del piloto, aunque ya a cierta velicidad era mejor no accionar las famosas palancas.
Uno de los pastiempor favoritos era hacer monos de nieve y vestirlos. Luego como buenos chilenos la idea era colocarlo sobre el techo del auto y llegar a la casa con el mono de nieve. en la foto aparece mi papá, Francisco y yo. Las botas de refugio eran auténticas botas de la NASA.
Mi papá subía a Francisco en el trineo, yo debía subir el trineo pequeño.
Jose Manuel, bajaba con mi papá.
En una bajada el trineo no respondió y mi papá chocó con una piedra. Jose Manuel chocó con la roca y el día terminó en la posta del Hotel de Portillo.
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