Parto a Nepal con Manolo.
A pesar de toda la incertidumbre y el costo de los pasajes decidí partir.
Aprovechando la venida de Manolo a Australia, y el que un amigo estará en Kathmandu en enero, partimos a Nepal a hacer un trekking en la zona del Everest.
Estoy demasiado feliz, no puedo explicar bien porqué. Puede ser que este culmine un difícil periodo y simbolize una nueva etapa.
Siempre he querido caminar en las faldas de las montañas más altas. Ahora cuento los días para admirar esa naturaleza fría y pura, auténtica y salvaje, dura y desafiante.
Las montañas son los lugares más puros de la tierra. Y no por metáfora sino físicamente. Además de ser muy poco pobladas, solo la nieve o el agua de lluvía cae en sus faldas las que son pulidas por glaciares o bañandas por los ríos. En ellas se puede ver implacable el paso del tiempo y el cambio constante de la naturaleza. Es esa misma intensidad que inspiro a Darwin en su cruce a mendoza en 1836 a través del cajón del Maipo, la que me atrae a los cerros. Darwin observó la potente y viva eroción causada por los torrentes primaverales que acarreaban piedras y lodo cajón abajo. Ese misma energía acumulada en lo alto de las cumbres es la que me llama a recorrer parajes cordilleranos y sentir ese frío y liviano aire que llena tus pulmones de frescor y vigor.
La idea es hacer el trekking que vá al campo base o el de Gokyo. Si el tiempo acompaña, conseguimos los waypoint de Cho la pass y estamos en buena forma conectaremos el valle del campo base con el de Khumbú, cruzando el paso por el cual Edmund Hillary se aproximo al Everest por primera vez.
Los tiempos de caminata están resumidos en el siguiente link:
Everest base camp hiking times (Lukla to Kala Patar and Lukla to Gokyo)
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