domingo, 17 de agosto de 2008

Backcountry Skiing at Cajón del Arenas, Cajón del Maipo, Chile



Partimos el 22 de Septiembre del 2007 al cajón del Maipo a hacer ski randonee. El objetivo era subir por el valle del Arenas y realizar un descenso en ski.
Eramos Marcelo Camus, Juan Spiniak, Daniel Seoane y yo. Juan hiba en raquetas para bajar en snowboard. Las condiciones eran magnificas, aunque el frío amenazaba con endurecer la nieve.
A las 10:30 hrs partimos del Cabrerío, desde donde se debe bajar y cruzar el puente que cruza el río que baja de la Engorda, Colina y el Valle del Morado.
Habia nieve así que bajamos esquiando y pusimos las pieles para subir desde ahí a Choribulder.
El ritmo de la camnata era lento debido a una animada conversación, por lo que a las 12:30 estábamos en la base del cerro Arenas para comenar a subir.
Llegamos al primer plató ubicado a aprox 2.900 mt. y sacamos las pieles para el descenso. La nieve estaba buena y en la bajada destacó Juan quién con su snowboard bajó la pendiente hasta el río del Morado demasiado rápido.






El regreso fue por la misma ruta.

sábado, 16 de agosto de 2008

Ascensión al Osorno y Calbuco, parte I

Celebrando la cumbre del Osorno - cr - Carlos Correa Grez
Después de una racha de intentos de cumbre, necesitaba lograr un cima para poder decir que subo cerros.

El objetivo se planificó con Juanjo Altamirano, José Mujica y Marcelo Camus, y era realizar en un fin de semana largo de principios de Febrero, el Osorno y el Calbuco.
Ambas cumbres lucen vistosas desde los alrededores de Puerto Montt y Puerto Varas.
Es imposible no dejarse llevar por su belleza e imponente perfil. Cada una sobresale por sus características propias y tienen una muy diferente personalidad.

El Osorno de 2.652m, se llergue perfecto delante del Lago Llanquihue. Su silueta es cónica, siendo más empinado en su parte final. Lo cubre un manto de glaciares cicatrisados por grietas que discurren de forma irregular sobre gran parte de su superficie. en los flancos abiertos por los ercas, el hielo se nota celeste y resalta su color sobre el blanco de la nieve que lo cubre periodicamente.

Bajo la línea de las nieves un profuso bosque lo tapiza y a sus pies al sur corre el río Petrohue, al este yace el lago Todos los Santos, al Oeste el Lago Llanquihue. Al nor-este está su incansable centinela el volcán Puntiagudo y más lejos al sur-este el imponente y glaceado Volcán Tronador.



El Calbuco, 650 m más bajo que el Osorno, se emplaza al sur del Lago LLanquihue y es su fiel dama de compañia. Su forma es caprichosa y cuesta definir cual es su cumbre o por donde se debe subir. Su aproximación parece simple y su ascensión una simple caminata, pero esconde bosques intrincados, pendientes verticales con vegetación, neveros largos y duros, farellones de roca descompuesta y como cima un gran torreon. La sola aproximación por su ladera sur, a través del Reserva Nacional Llanquihue vale la pena como excursión independiente.

miércoles, 13 de agosto de 2008

Sobre mi padre 2


Mi padre era un buen padre, alegre, inteligente y lleno de energía. Nos llevaba a mis hermanos y a mí cuando pequeños a acampar, realizábamos largas excursiones a bosques perdidos en el cordillera, el volvía con piedras extrañas y troncos para adornar el jardín. Nos enseñaba a buscar ramas para hacer ondas y nos llevaba a pescar en grandes y caudalosos ríos. Junto a él crecimos tranquilos y confiados de que nunca nos pasaría nada y menos aun de que a él le pasaría nada. Quería mucho a mi madre, y la apoyaba, aunque las tareas de la casa se mantenían siempre muy diferenciadas, es decir, my padre trabajaba y mi madre nos cuidaba y se encargaba de la casa. Nunca pensamos que hiba a sufrir una enfermedad que afectaría su percepción y congnición.

Nunca pensé que cuando estaba frente a él aquel 17 de Julio, tras un largo y profundo suspiro se hiba a apagar de a poco y para siempre.

La muerte es algo que cuesta afrontar, que se deja de lado, pero es una realidad ineludible y que llega. Para mi padre nunca la quise asumir, hasta que se consumaron los hechos. El negarla y pensar que mi padre se sobrepondría al Alzheimer, aunque sea por periodo breve, era lo que me entregaba esperanza y me impulsaba a a visitarlo e intentar conversar con él.

La esperanza en la mejoría de mi padre, es la que me ocultaba su avanzado Alzhiemer. Aun no entiendo como no veía que se hiba, tras la llegada de los médicos que impotentes intentaban subirle la presión y el pulso. Por eso el momento fue como un golpe, pues la muerte también eliminaba toda esperanza de volver a estar con él, de conversar con él yo contarle todo lo que había pasado, de mostrarle a su nueva nieta y de contarle todo lo que había vivido en los últimos 5 años.

Pero ya no está y por eso él está mejor. Nosotros también pues sabemos que ahora nos ve y escucha y permanece serca de nosotros.